Todas las entradas de este Blog las mando por mi teléfono celular, así que no esperen ni mucho rollo, ni mejores fotografías de las que puede dar el teléfono.
miércoles, 3 de marzo de 2010
catedral, en el zocalo de Acapulco
Pasando por el zocalo, tomandole una foto a la todavia catedral de Acapulco
Las catedrales son la expresión más majestuosa de la sociedad medieval que impregnó de belleza a la Cristiandad. Ellas son un exponente de espiritualidad elevándose hacia el cielo como plegarias, pero también son una maravilla del arte arquitectónico de los que no hay antecedentes. Las pirámides son de una simplicidad casi infantil: una pila de piedras - una estructura tan básica como estable. Los templos griegos son poco más que galpones: techos colocados sobre columnas. Aún el Coliseo, impresionante como es, más ancho que alto. Pero las catedrales góticas son más altas que anchas, y sus altas torres son un verdadero encaje de piedra. No hay en el mundo antiguo una estructura tan ambiciosa como la Santa Capilla de Paris, con sus altas paredes de vidrio desafiando la gravedad, ni como tantos otros exponentes de la arquitectura gótica. “Los cielos relatan la gloria de Dios. Las catedrales agregan a ello la gloria de los hombres. Ofrecen a todos los hombres un espectáculo espléndido, reconfortante, exaltador”. “Los góticos han amontonado piedra sobre piedra, cada vez más alto, no como los gigantes para atacar a Dios, sino para aproximarse a Él” “El arte era para ellos (los góticos) una de las alas del amor. La religión era la otra” Su grandeza, al tiempo que suscita nuestra admiración más rendida, no deja de apabullarnos. «¡No somos más que despojos!», exclamó Rodin, deslumbrado por el esplendor de la catedral de Chartres. “Leo Moulin –dice Vittorio Messori - me habla de aquella Edad Media que ha estudiado desde siempre: «¡Aquella vergonzosa mentira de los "siglos oscuros", por estar inspirados en la fe del Evangelio! ¿Por qué, entonces, todo lo que nos queda de aquellos tiempos es de una belleza y sabiduría tan fascinantes? http://www.visitaturistica.com/historiamoderna066_cristiandad09.htm
1 comentario:
Las catedrales son la expresión más majestuosa de la sociedad medieval que impregnó de belleza a la Cristiandad. Ellas son un exponente de espiritualidad elevándose hacia el cielo como plegarias, pero también son una maravilla del arte arquitectónico de los que no hay antecedentes. Las pirámides son de una simplicidad casi infantil: una pila de piedras - una estructura tan básica como estable. Los templos griegos son poco más que galpones: techos colocados sobre columnas. Aún el Coliseo, impresionante como es, más ancho que alto. Pero las catedrales góticas son más altas que anchas, y sus altas torres son un verdadero encaje de piedra. No hay en el mundo antiguo una estructura tan ambiciosa como la Santa Capilla de Paris, con sus altas paredes de vidrio desafiando la gravedad, ni como tantos otros exponentes de la arquitectura gótica.
“Los cielos relatan la gloria de Dios. Las catedrales agregan a ello la gloria de los hombres. Ofrecen a todos los hombres un espectáculo espléndido, reconfortante, exaltador”.
“Los góticos han amontonado piedra sobre piedra, cada vez más alto, no como los gigantes para atacar a Dios, sino para aproximarse a Él”
“El arte era para ellos (los góticos) una de las alas del amor. La religión era la otra”
Su grandeza, al tiempo que suscita nuestra admiración más rendida, no deja de apabullarnos. «¡No somos más que despojos!», exclamó Rodin, deslumbrado por el esplendor de la catedral de Chartres.
“Leo Moulin –dice Vittorio Messori - me habla de aquella Edad Media que ha estudiado desde siempre: «¡Aquella vergonzosa mentira de los "siglos oscuros", por estar inspirados en la fe del Evangelio! ¿Por qué, entonces, todo lo que nos queda de aquellos tiempos es de una belleza y sabiduría tan fascinantes?
http://www.visitaturistica.com/historiamoderna066_cristiandad09.htm
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